Para solucionar la difícil tarea a la que todo hombre ha de enfrentarse - la construcción de su propio yo, el descubrimiento de su vocación - Pepe ha sabido construirse un universo coherente, anclado en sólidos pilares: Carmencita - su madre - el "señor Juez" - su padre - su tío Paco y Fernanda, sus hermanos, su familia.
Pero también ha sabido hacerse una vida propia: su trabajo en el taller, que afronta con una profesionalidad germánica,  pero en el que se divierte y divierte mientras trabaja; su música, sus series de televisión, el fútbol.
Y su pintura.  Todo el que le ha visto día tras día sentado frente al folio en blanco, con sus cajas de rotuladores, diseñando, rellenando meticulosamente cada espacio vacío, es consciente de la trascendencia que tiene para Pepe su pintura y todos sus diseños.

Nací el número 11

Soy el último de una familia numerosa, de 11 hermanos!!

Comprenderéis que eso te da una sabiduría y una experiencia de la vida y de las relaciones con las personas tremenda.

Aunque nací con Síndrome de Down, he estado siempre rodeado de muchas personas que me han acompañado, gastado bromas, se han peleado conmigo...incluso me tenían un poco de celos por ser el pequeño y el mimado. 

He tenido que aprender a defenderme, sobre todo he aprendido a ganarme a las personas, especialmente a las chicas que  siempre me parecen muy guapas. Y he desarrollado un sentido del humor muy especial que me permite decir la broma adecuada en el momento oportuno. Y sobre todo, tengo una gracia enorme para poner motes a las personas. Por ejemplo, a mi padre que intentaba ser un poco estricto en mi educación, enseguida le empecé a llamar "señor Cuez".

Estudié integrado con otros niños

Mis padres fueron unos adelantados a su tiempo. En cuanto nací, empezaron a investigar cómo hacer mi vida (y la suya) lo más feliz y fructífera posible.

Leyeron y leyeron y escucharon a los pocos especialistas que había en los años 70s, y enseguida decidieron que debía estudiar integrado en un colegio normal